La transferencia puente es una práctica ilícita en el ámbito del fútbol, caracterizada por la transferencia temporal de un jugador a un club intermediario, con el propósito exclusivo de facilitar su posterior transferencia a otro club. Este tipo de operaciones no tienen una justificación deportiva legítima y se realizan, por lo general, para eludir normativas financieras, contractuales o reglamentarias, como el pago de compensaciones por formación, el mecanismo de solidaridad, o límites impuestos por el “fair play” financiero.

El RETJ de la FIFA aborda específicamente esta problemática en su artículo 5bis, prohibiéndolas de manera explícita. Esta disposición busca proteger la integridad del sistema de transferencias, salvaguardar los derechos de los clubes formadores y garantizar un entorno competitivo equitativo. La norma presume (salvo prueba en contrario) que existe una transferencia puente si un jugador es transferido dos (2) veces consecutivas en un periodo de dieciséis (16) semanas, sin importar si las transferencias son nacionales o internacionales. En estos casos, los clubes y jugadores involucrados pueden enfrentarse a sanciones severas, que incluyen multas, prohibiciones de registro y, en casos graves, inhabilitaciones.